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La caída diaria más alta de la historia del IBEX. Solo con una frase puede resumirse el comportamiento de las bolsas tras la propagación del Coronavirus. La caída ha sido de más del 35% desde los primeros datos de propagación y las empresas del IBEX se dejan más de 200.000 mil millones de valoración.

Estas caídas, superiores a las de 2016, han llevado al selectivo español a situarse en niveles del 2012, cuando el IBEX se dejó (entre 2011 y 2012) un 42%. Así pues el IBEX se ha colocado muy por debajo de los niveles de 2008-2009, si bien entonces la caída del selectivo fue del 50%.

Sin embargo en esta ocasión la caída ha sido con extrema virulencia por el shock producido a nivel económico tanto por el lado de la Oferta Agregada como por el impacto en el crecimiento económico, que posiblemente pueda dejar de ser una realidad. Las caídas anteriores se produjeron en periodo anuales o bianuales, pero en esta ocasión se han producido en dos semanas. La virulencia ha sido extrema.

 

 

Las caídas abruptas vienen sin duda determinadas por dos tipos de fundamentos: los objetivos y los subjetivos. Tras la aparición de los primeros casos de la pandemia, se empezó a entender que el virus se multiplicaría a nivel global y local, lo que impactaría negativamente en el crecimiento económico. La necesidad de parar la producción y la caída brusca de la Oferta Agregada supone un impacto agresivo en las previsiones de todas las empresas, lo que lastrará su crecimiento, sus márgenes y sus expectativas.

Este hecho ha supuesto la caída de las cotizaciones de muchas empresas pero no ha sido el único, pues inevitablemente esta pandemia y esta caída global de la Oferta Agregada lleva aparejado un cambio de las proyecciones macroeconómicas proyectadas para 2020 y 2021.

Así pues, a la caída de actividad de las empresas se le suma un cambio radical de las proyecciones macro. La última estimación del FMI en Enero era de crecimientos del 1,6% para 2020 (revisado a la baja desde el 1,8%) y del mismo 1,6% para 2021. Ahora nos enfrentamos a un riesgo real de entrada en recesión. Segundo elemento de caída brusca en las bolsas.

Este cambio de coyuntura nos lleva a un tercer elemento para el análisis: estaban las empresas del IBEX-35 sobrevaloradas?

Podemos entender de forma más esquemática que habría empresas sobrevaloradas y que de forma general, el IBEX estaba relativamente caro. Pero por otro lado, en las circunstancias anteriores también podíamos encontrar empresas con una valoración acorde a sus fundamentales.

La cuestión de fondo no es si la caída se ha visto alentada por una sobrevaloración anterior del IBEX, sino posiblemente en la introducción de un nuevo elemento a analizar y fruto de los dos puntos anteriores (caída de actividad y cambio de coyuntura). Este elemento que cambia por completo la perspectiva es: aun siendo las valoraciones anteriores realistas y ajustadas al escenario, estas valoraciones pueden haber dejado de tener validez por el cambio radical de dicho escenario.

Es decir, el análisis que debemos hacer no implica solo entender si las empresas estaban sobrevaloradas o no, sino entender que esas valoraciones respondían a un escenario macro y empresarial que quizás ha variado por completo. El impacto real en la economía y su prolongación en el tiempo marcará si estamos ante un shock temporal o ante un cambio de escenario.

Porque si entendemos que las valoraciones vienen determinadas por la capacidad futura de generación de flujos de caja, es evidente que el cambio de escenario macro y el shock de oferta agregada generado (y posteriormente de demanda) puede hacer obligatorio la corrección de estos flujos de caja proyectados, así como la necesidad de incrementar el coste de capital de las tasas de descuento de flujos por incremento del riesgo. Y ambas acciones nos llevarían a una disminución de la valoración.

Es decir, la suma de los tres puntos descritos nos lleva a un escenario de completa incertidumbre, lo que ha hecho que entre en juego un cuarto elemento: el elemento subjetivo.

El impacto generado por el shock económico ha generado un escenario de incertidumbre y riesgo futuro difícil de predecir a estas alturas, lo que ha hecho que las caídas se hayan incrementado por las ventas masivas fruto de este escenario de completa incertidumbre. Recordemos que un escenario económico incierto genera pánico inversor… Y detrás del pánico inversor siempre hay ventas masivas… Y en muchos casos, sobrecorrección.

Y es aquí donde encontramos el por qué de la extrema virulencia: estamos ante un escenario de completa incertidumbre donde no tenemos un “histórico de situación”. El cambio de escenario ha hecho caer a la bolsa, y el pánico inversor asociado al shock y la incertidumbre del mismo, ha hecho que sea con virulencia.

Estamos antes dos situaciones posibles: una shock temporal determinado en el tiempo o un shock que se prolongue y acabe en una recesión económica a medio plazo. De ello dependerá en gran medida la evolución de los factores que hemos comentado en este artículo e impactará directamente en los mercados bursátiles.

¡Hasta la próxima entrega!

El equipo de Cirial180º.

Miguel Ángel Gómez Antón

Asesor Financiero & Inversión de Cirial180º

Certified European Financial Analyst Candidate